Las 5 cosas que aprendí viviendo con 8 personas

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Después de más de dos años en Casa Janeiro, me preparo para dejar la Ciudad de México y abrirme a nuevos horizontes. Ubicada en el corazón de Roma Norte, esta casa compartida tiene ocho habitaciones y decenas – noooo… centenos! – de recuerdos tatuados en sus paredes. Estos años de coliving me transformaron. Aquí van las cinco cosas más valiosas que aprendí viviendo con ocho roomies.

1. Sé la persona con la que te gustaría vivir.

Vivir con ocho personas bajo el mismo techo no es cualquier cosa. Pero la regla de oro es simple: sé tú, pero la mejor versión de ti.

La que escucha, respeta, comunica. La que lava sus platos y deja notitas cariñosas en el refri.

Nadie te pide que cambies. Solo que seas tú, cuidando de que la casa sea un espacio donde todos se sientan bien.

Compartiendo risas y buena comida en la cocina de un coliving en la Roma Norte, Ciudad de México.

2. Cuando eres expat, tus roomies se vuelven tu familia.

Estar lejos de casa hace que todo se sienta más intenso. Los momentos buenos… y los difíciles también.

Mis roomies me vieron llegar tímida, me vieron abrirme al mundo mexicano, enamorarme (varias veces, jajaja), llorar, reír, caerme y levantarme.

Conocieron a mi mamá y a mi abuela cuando vinieron de visita.

Compartieron conmigo los momentos más oscuros y también los más felices de estos últimos años.

Nos volvimos una tribu real. Aprendimos a estar ahí, los unos para los otros, sin condiciones.

 

3. Mis primeros roomies se convirtieron en mis mejores amigos.

Cuando llegas solo, sin conocer a nadie en una ciudad nueva, tus primeros roomies suelen ser las primeras almas que conoces.

Y a veces, son las correctas.

Hoy, mi grupo más cercano tiene como diez personas. Y todes han sido mis roomies en algún momento.

Todo empieza ahí: una cena, una chela en la terraza… y una amistad que te cambia la vida.

4. ¿El turn-over? Sí, existe… pero es parte de la magia.

Aprendí a amar las despedidas. Porque significan que alguien vino a aprender algo aquí y ahora le toca seguir su camino.

Nos hemos despertado a las 5 de la mañana solo para abrazar fuerte a quien se va al aeropuerto.

Hemos llorado, reído, bailado.

Porque vivir en comunidad también es aprender a soltar. Con Amor.
Momentos de conexión y comunidad durante un evento en nuestro coliving en Roma Norte, CDMX.

5. Vivir CON otras personas es como más aprendí sobre mí.

Sin duda, esta es la lección más grande.

Observando a les demás, compartiendo vulnerabilidades, culturas, límites… aprendí a conocerme.

A saber qué me da alegría, qué me incomoda, qué me mueve.

Gracias a elles, crecí.

Gracias a todo el equipo de Covive — un equipo increíblemente humano, que estuvo presente en cada etapa y que hace posible este tipo de experiencias.

Y si estás leyendo esto preguntándote si el coliving es para ti… probablemente sí lo sea. Súmate a esta aventura. Podría ser una de las mejores cosas que te pasen viajando.

Après plus de deux ans dans la maison Casa Janeiro, je quitte Mexico City pour de nouveau horizons. La Casa Janeiro est situé dans la Roma Norte, elle est composée de 8 chambres. Au cours des deux dernières années j’ai beaucoup appris auprès de cette communauté.

– Por Marion Zoé, desde el corazón de Roma Norte. –

 

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