Nuestra comunidad y el distanciamiento social

compartir es vivir más

La comunidad es el corazón de Covive. Sí, nos gusta el diseño, nos gustan las casas y nos gustan los objetos, pero todo lo anterior es resultado concreto de los esfuerzos y la atención que ponemos en que la comunidad se sienta cómoda. Ya hemos dicho que creemos que la diversidad es un aspecto básico, ya que gracias a ella surgen más ideas y más experiencias, por ende trabajamos porque todas las personas puedan coexistir en un mismo espacio.

Objetos ¿Y qué más?

Como ya mencionamos antes, nos pusimos a diseñar objetos que ayudaran a detonar la convivencia, lo mismo con el diseño de las casas, pero ¿qué más hacemos?Nos gusta organizar experiencias, pasar tiempo juntos, encontrar nuevas vivencias, nuevos momentos, risas, pláticas y anécdotas. Es por eso que dos veces al mes, organizamos experiencias que nos permitan acercarnos más, vivir más y disfrutar más. Hemos tenido one-day trips, posadas, cata de mezcales, entre otras.

Experiencias y COVID

Durante la pandemia, mantener el ritmo ha sido un verdadero reto. Sabemos que actualmente, el contexto nos inhibe de convivir en la misma manera en la que lo hacíamos antes y esto se ha visto directamente reflejado en la forma en la que se desenvuelve Covive. Desde cesar el ingreso de nuevos habitantes a las casas durante semáforo rojo, pasando por adecuar los servicios de limpieza, hasta cuestionarnos cómo podíamos seguir manteniendo nuestras experiencias bajo este contexto de aislamiento.

Nuestras reflexiones

El buscar que la comunidad siga activa bajo este panorama ha representado un reto. Sabemos que por los últimos 5 meses, la mejor y más sana forma de convivir ha sido por videollamada, sin embargo, en esa ventana que alberga las imágenes resultado de las cámaras de las personas que están reunidas, es dónde se concentra nuestro trabajo, nuestra diversión y ahora ¿parte de la comunidad de dónde vivo? Después de pensar e ir probando distintas maneras de generar convivencia, nos dimos cuenta que lo mejor era que, dentro de las casas, pudieran convivir y si la actividad lo permitía, nos conectáramos a internet para poder disfrutar con los demás haitantes que no estaban confinados juntos.

¿Y las actividades?

Fue de ese modo en que pensamos en que envíar comida deconstruída, snacks, vino y juegos de mesa, una clase de cocina virtual, clases de yoga, entre otras, podrían ser actividades en las que podrían convivir aún a distancia.

Seguimos explorando tratando de ponernos creativos, pero es bonito saber que, incluso dentro de un panorama de distanciamiento social, es posible conectar con los demás, compartir y disfrutar.

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