No regresaremos a nuestra oficina.

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Onésimo Flores

No pensé decir esto nunca, pero Covive trabaja bien desde casa. Nuestro pequeño equipo de 8 personas está adaptándose bien al trabajo remoto. Tenemos una reunión grupal cada mañana, en la que compartimos los avances de cada proyecto (¡estamos por abrir dos casas nuevas!) y las novedades de cada Covive (¡tenemos agendada la llegada de nuevos habitantes!). La llamada diaria es relajada. Algunos insisten todavía en conectarse en pijama y nuestros hijos, parejas y mascotas hacen frecuentes apariciones especiales… pero la realidad es que funcionamos bien. Nos mantenemos cerca y estamos al día de todo lo que pasa gracias a herramientas como Slack, Google Docs, Whatsapp, Hangouts, Hubspot y Asana. 

No sé cómo será el futuro del trabajo post-covid, pero sospecho que acudir todos los días a la oficina será opcional. Esto implica retos importantes para quienes trabajamos en Covive. Aún estamos definiendo nuestras reglas de trabajo remoto: Necesitamos encontrar un equilibrio para que la nueva realidad no sacrifique los beneficios del contacto humano, la productividad de la empresa o la motivación de nuestro equipo. Posiblemente necesitaremos un espacio cómodo y bien ubicado para reuniones periódicas, y quizá hará sentido mantener algunos escritorios permanentes por ahí (el home office no es para todos, je). Obviamente tenemos que renegociar nuestro actual contrato de oficina. No podemos pagar el espacio necesario para mantener “Susana Distancia”, ni justificar renta de espacios subutilizados. Pensamos que es mejor redirigir parte de ese presupuesto a actividades que fortalezcan la integración de nuestro equipo y a mitigar costos que nuestros empleados asumen al trabajar desde casa. Veremos cómo evoluciona todo, documentando la experiencia para entender mejor nuestras nuevas necesidades. Tomaremos un par de meses antes de tomar decisiones firmes respecto a las características, tamaño y ubicación de nuestro nuevo espacio de trabajo.

El punto es que nos sentimos bien. Esta decisión es consistente con lo que predicamos (aprovechar mejor recursos ociosos, reducir las fricciones de la convivencia, ser flexibles y adaptables), y nos ayudará a entender y servir mejor a la comunidad de habitantantes de Covive. Finalmente, la gran mayoría de los habitantes de nuestra red ya trabaja desde casa. Desde antes de la pandemia nuestros espacios y nuestros muebles estaban pensados para acomodar multiplicidad de usos, pero trabajar en la misma mesa donde desayunamos ayudará a nuestro equipo de diseño e interiorismo a entender mejor los problemas y a pensar en nuevas soluciones. Nuestro modelo ya asumía que nuestros habitantes buscan flexibilidad y atención personalizada, pero tener comunicación asincrónica entre los miembros del equipo (con constantes riesgos de teléfono descompuesto) sensibilizará a nuestro equipo de ventas y de operaciones sobre la importancia de dar respuestas cada vez más claras, útiles y rápidas. Y siempre hemos intentado construir una comunidad que conecte a los habitantes de todos los Covives, y que nos vincule con nuestros vecinos de barrio. Pero ahora la dificultad del distanciamiento y de las reglas de cuarentena nos obligarán a probar formas más nuevas y creativas de encuentro y convivencia. 

Esta epidemia lo cambiará todo: Cómo vivimos, cómo trabajamos, cómo convivimos. Tengo una curiosa esperanza de que trabajar desde casa hará más fuerte a nuestro equipo y fortalecerá nuestra comunidad. 

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