En estas fechas más que nunca hemos apreciado u odiado la convivencia social. Estamos los que anhelan salir, abrazar y convivir con conocidos y desconocidos; están los que piensan no tener ningún tipo de contacto humano por mucho tiempo aun cuando las condiciones lo permitan. Ambas son entendibles y están bien pero hoy queremos hablarte de la belleza de compartir – aún con sana distancia –.
Los humanos estamos siempre en búsqueda de alguna comunidad, activa o pasiva, pero comunidad al fin. Nos gusta sentirnos parte de algo aunque nuestra participación sea alta o incluso nula pero estar y ser. Y hemos vivido en ese ciclo desde pequeños en nuestra familia nuclear, con nuestros amigos de primaria y ahora que buscamos compañeros de vida (aquí entran tus roomies, familia y/o pareja).
A veces caemos en el tabú de que compartir depa o casa nos va a hacer odiar a nuestros próximos roomies porque no compartimos nada, porque probablemente tienen diferentes tiempos o ritmos de vida. O simplemente porque no estamos familiarizados con ellos y eso nos da causa un sentimiento de incertidumbre que puede llegar a causar miedo.
Pero te voy a contar algunos beneficios que obtienes al compartir, más allá de los miles de pesos que vas a ahorrarte:
Nuevas perspectivas
La convivencia, es decir el compartir una plática, juego de mesa o actividad nos lleva a conocer diferentes perspectivas, de diferentes personalidades e incluso de diferentes culturales. Esto nos permite poner en contraste nuestro propio modelo mental, lo cual resulta muy enriquecedor cuando entendemos que, es posible, que ambas perspectivas estén bien, simplemente vienen desde diferentes historias.
Relaciones
Crece tu red social de conocidos, personas e incluso colaboradores. Estar rodeado de personas desconocidas abre un sinfín de posibilidades para conectar con ellos. Entendemos que a veces es complicado establecer relaciones nuevas; sin embargo, puedes encontrar un amigo, un compañero para cocinar o un rival en las próximas partidas de tu juego de mesa favorito. Anímate a hablar con ellos, quizá puedan hasta inscribirse en un equipo después.
Crecimiento personal
Los retos son los que nos definen como personas. Y uno de los beneficios de vivir en una comunidad, es que los retos personales y de comunidad están en constante evolución. Siempre tendrán un reto que solucionar, en comunidad. Desde ponerse de acuerdo para sacar la basura hasta cómo organizar la próxima salida de fiesta. El crecimiento personal viene tras una buena reflexión, inténtalo. Te darás cuenta de cuánto has cambiado desde que vives en comunidad.
Claridad
La verdad es que a todo nuestro equipo y a muchos habitantes nos ha pasado lo siguiente: después de escuchar diferentes perspectivas de todos lados del mundo, tras escuchar historias tristes y felices, nos hemos dado cuenta que nuestra perspectiva puede ser la adecuada o no, que a lo mejor podemos aspirar a más o que estamos exagerando con nuestras expectativas. La claridad sobre ti y tu vida que puedes obtener al compartir tus ideas y escuchar otras es impresionante.
Si ya vives en comunidad te invito a reflexionar sobre lo que acabas de leer y escribirnos qué piensas al respecto. Si aún no vives en comunidad, te invito a probarlo con nosotros en Covive donde encontrarás una comunidad donde iguales y desiguales comparten espacios, recursos y experiencias.
